DIAGNOSTICO

El diagnóstico es complejo y se realiza a través de la observación de la conducta del niño y de una entrevista clínica con los padres o los cuidadores. “Es muy importante que en la entrevista siempre haya información, aunque sea indirecta, de los profesores, de cómo ven ellos al niño en clase”, indica la psiquiatra.

De forma complementaria pueden realizarse test con escalas de evaluación de la conducta, rellenadas por los padres, profesores y otros cuidadores del niño. Proporcionarán información acerca de la gravedad del trastorno, de la presencia e importancia de otros trastornos psiquiátricos o de diversos problemas de comportamiento y podrán ser de ayuda a la hora de valorar la eficacia de los tratamientos aplicados.

Dichas escalas son complementarias, por lo que no pueden determinar un diagnóstico por sí solas. Dada la evidencia de la importante carga genética del TDAH es conveniente realizar una historia médica detallada, tanto personal, como familiar.

Por último, el especialista debe tener en cuenta que hay un gran número de trastornos en la infancia que pueden presentar síntomas similares a los del TDAH y cuyo diagnóstico debe descartarse en el proceso de diagnóstico del mismo. Entre estos se incluyen los trastornos del aprendizaje, de conducta, de ansiedad y afectivos (como depresión, ansiedad generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo) y patologías como el hipertiroidismo (que presenta inatención) o la epilepsia, entre otros.



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