El tratamiento principal, y que ha mostrado desde hace décadas su efectividad, es la terapia farmacológica ya que permite corregir la disfunción cerebral durante las horas que hace efecto.
Según la presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil,
hay varios fármacos que han demostrado su eficacia y seguridad. Algunos
son del grupo de los estimulantes, como por ejemplo, metilfenidato, y
otros se llaman fármacos no estimulantes, como la atomoxetina.
Además del tratamiento farmacológico, Díez insiste en que es muy importante que los padres y los profesores sepan en qué consiste el trastorno y actúen en consecuencia.
“Cuanto más conozcan sobre el TDAH, más podrán ayudar a los niños. Por
ejemplo, no es lo mismo dar una orden a cualquier niño que a uno que
tenga la patología. A ellos hay que darles las órdenes por partes,
mirándoles directamente a los ojos, asegurándose de que le han
comprendido. Estas pautas mejoran muchísimo el pronóstico”, recalca.
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